La salud e higiene de los pies es un aspecto fundamental en cualquier etapa de la vida. En el caso de personas mayores, se suele padecer en gran medida de dolencias relacionadas con esta parte del cuerpo. De hecho, una de cada tres personas mayores de 65 años sufre dolor de pies, rigidez o dolor general en los pies. Y una de las manifestaciones más comunes son las durezas.
Las personas que viven en centros de cuidados de larga duración presentan tasas aún más elevadas de problemas en pies y tobillos. Los problemas en los pies son más frecuentes en las personas mayores, obesas, diabéticas o con enfermedades cardiovasculares, osteoporosis o dolor de rodilla, cadera o espalda.
¿Qué son las durezas?
Las durezas o hiperqueratosis son un engrosamiento de la capa más superficial de la piel del pie que surge por un aumento de células muertas y descamadas.
Son un mecanismo de protección de la piel ante una presión continuada del mismo. Generalmente, no provocan molestia o dolor y su textura es áspera al tacto, además de ser de color amarillento.
¿Por qué se forman durezas en los pies?
Las durezas, callos y las callosidades surgen por la fricción y la presión de acciones que se dan de forma continuada. Por ejemplo, usar calzado ajustado y calcetines que no calzan de manera correcta. Del mismo modo, cuando el calzado queda flojo, el pie puede resbalarse varias veces y frotarse contra el zapato. Incluso una incorrecta manera de pisar puede incentivar la aparición de estos engrosamientos.
También existe un factor genético a desarrollar callos. Por otra parte, la anatomía del pie también incide directamente en la formación de durezas en los pies. Algunas personas tienen estructuras óseas, como juanetes o dedos en martillo, que pueden causar un aumento de la presión y la fricción en áreas específicas del pie.
El exceso de actividad física también es un factor causante de las durezas, sobre todo si el terreno no es regular. Lo mismo ocurre con una posición corporal inadecuada, puesto que incide directamente en los pies.
Por último, estar en situación de sobrepeso también puede provocar la formación de durezas en los pies, ya que los huesos y articulaciones soportan más peso y, como consecuencia, un mayor resentimiento de los pies.
¿Cómo quitar durezas de los pies?
Las durezas de los pies, además de resultar ser poco estéticas, suelen generar dolor a aquellos que las padecen. Un correcto apósito para durezas puede ayudar a aliviar la presión que sufre esta zona del cuerpo. Asimismo, se recomienda asear todos los días durante un par de minutos al día los pies, para propiciar tenerlos suaves y cuidados.
El uso de cremas hidratantes para los pies es muy recomendable, aunque en cualquier de los casos conviene consultarlo con un podólogo a domicilio, que siempre será quien pueda identificar las causas de las durezas y su proceso de prevención o cura.
Remedios caseros para quitar durezas de los pies
Existen opciones que pueden ser recomendables a la hora de tratar las durezas de los pies. A pesar de que lo más eficaz es ponerse en manos de un profesional de la podología, el vinagre de manzana puede ayudar a aliviar esta molestia. Bastará con una mezcla de 100 ml de vinagre con un litro de agua tibia junto con dos ajos machacados. Se puede aplicar dicha mezcla o bien introducir los pies en un recipiente apto que la incorpore.
Otra de las recomendaciones es la cebolla cruda que, cortada por la mitad junto a unas gotas de tintura de árnica, mejorará las posibilidades de mejorar las durezas.
Lo mismo ocurre con la manzanilla, que gracias a su acción antiinflamatoria, puede calmar los pies y las durezas. Y el aceite vegetal, o aceite de coco o, en su defecto, la manteca de karité son remedios caseros que sirven para eliminar las durezas. Después de aplicar estos productos, se recomienda ponerse unos calcetines gruesos para que la grasa surta efecto.
El bicarbonato de sodio es otra de las soluciones que se pueden recomendar al respecto. Gracias a sus propiedades es posible acabar con los callos y durezas disolviendo tres cucharadas soperas de este producto en agua tibia y remojando los pies durante media hora.
Tanto el pie plano, los callos, las durezas o pie cavo son algunos de los trastornos más frecuentes del pie, que según la Sociedad Española de Medicina y Cirugía del Pie afectan al 70 % de la población española. Gran parte de estos problemas suelen estar causados por el calzado, sobre todo entre las mujeres.
En el caso de las durezas, se trata de una molestia bastante común en la tercera edad. El cuidado y la hidratación de los pies durante esta etapa de la vida cobra especial importancia debido a que se resienten con mayor facilidad.