Existen enfermedades autoinmunes de origen desconocido, que pueden afectar en gran medida a la calidad del día a día, sobre todo en el caso de personas mayores. Como es el caso de la miastenia gravis, en el que la fisioterapia puede desempeñar un papel importante en el manejo de la enfermedad.
A modo de dato, más de 15.000 personas en España padecen esta enfermedad neuromuscular. Además. cada año se diagnostican en España unos 700 nuevos casos de esta enfermedad, sobre todo en mujeres menores de 40 años y en hombres mayores de 60 años.
En los últimos años, se ha observado una incidencia más elevada en personas mayores de 50 años. En España, el 60% de los casos que se diagnostican cada año ya corresponden a personas de entre 60 y 65 años.
¿Qué es la miastenia gravis?
La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso y, concretamente, a la comunicación entre los nervios y los músculos. Se da cuando el sistema inmunológico del cuerpo produce anticuerpos que bloquean o destruyen los receptores de acetilcolina en los músculos. La acetilcolina es una sustancia química necesaria para la contracción muscular. Como resultado, los músculos se debilitan y se fatigan fácilmente. La miastenia gravis puede afectar tanto a los músculos voluntarios como a los involuntarios.
¿Cuál es la esperanza de vida con miastenia gravis?
A pesar de tratarse de una enfermedad autoinmune y en constante investigación, la esperanza de vida de personas mayores con miastenia gravis ha mejorado significativamente gracias a los avances en el diagnóstico y tratamiento. Con el manejo adecuado, muchos pacientes pueden llevar una vida prolongada y activa. Es fundamental seguir un plan de tratamiento personalizado y acudir regularmente al médico para optimizar la calidad de vida.
Con los cuidados adecuados, habitualmente los pacientes tienen una expectativa de vida normal ya que es una enfermedad que tiende a estabilizarse al cabo de los años y que puede ser controlada de forma efectiva con las distintas líneas terapéuticas actuales, incluso logrando la remisión de esta.
Síntomas de la miastenia gravis
Los síntomas principales de la miastenia gravis son la fatigabilidad y la debilidad muscular que, generalmente, son más intensos hacia el final del día y se suelen aliviar con el descanso.
Así, las consecuencias más habituales de padecer esta enfermedad son:
- Caída de los párpados.
- Visión doble.
- Cambios en la voz o habla.
- Dificultad para realizar movimientos faciales.
- Dificultad para masticar o deglutir.
- Dificultad para respirar.
- Debilidad de cuello, brazos y piernas.
En aproximadamente el 15 % de las personas con miastenia gravis, los primeros síntomas involucran los músculos de la cara y la garganta.
Causas de la miastenia gravis
Según el medio de referencia en salud, Mayo Clinic, en la miastenia gravis, el sistema inmunitario produce anticuerpos que bloquean o destruyen muchos de los receptores musculares de un neurotransmisor que se conoce como acetilcolina. Con menos sitios receptores disponibles, los músculos reciben menos señales nerviosas. Esto causa debilidad.
Dentro del sistema inmunitario existe una parte que se denomina glándula timo, y se ha demostrado en diversas investigaciones que esta glándula produce o ayuda a producir los anticuerpos que bloquean la acetilcolina.
La fisioterapia como tratamiento de la miastenia gravis
Dentro de las opciones que existen para tratar esta patología se encuentra el trabajo con fisioterapia. En la actualidad no existe una cura única, pero muchas personas con miastenia gravis responden bien a los tratamientos y consiguen reducir los síntomas o incluso la remisión de la enfermedad. La mayoría de los pacientes que controlan la enfermedad durante los tres primeros años tienen probabilidades de controlar eficazmente los síntomas con tratamiento y/o medicación.
La fisioterapia es una técnica eficaz para tratar la miastenia grave, al mejorar la fuerza muscular, la movilidad y la calidad de vida de los pacientes. Algunas formas en las que la fisioterapia puede ayudar incluyen:
Ejercicios de fortalecimiento muscular
Los ejercicios de fortalecimiento específicos pueden ayudar a mejorar la fuerza muscular y la resistencia en personas con miastenia gravis ayudando a posponer la aparición de la fatiga muscular.
Técnicas de conservación de energía
La fisioterapia también tiene un papel muy importante a la hora de enseñar técnicas y estrategias de economía energética con el objetivo de poder realizar las actividades diarias de manera más eficiente.
Terapia respiratoria
En casos en los que la debilidad muscular afecta la respiración, la fisioterapia respiratoria puede ser beneficiosa para mejorar la función pulmonar y la capacidad respiratoria.
¿Puedo llevar una vida normal con la miastenia gravis?
Actualmente, el tratamiento disponible para la miastenia gravis hace que el 90% de pacientes diagnosticados alcancen una mejoría de su enfermedad. De hecho, un 70% de los pacientes con tratamiento pueden llevar una vida normal o casi normal. Sin embargo, los datos de la SEN muestran que un 8,5% de los pacientes son farmacorresistentes, sobre todo mujeres y pacientes con debut temprano de la enfermedad.
¿Qué grado de discapacidad tiene la miastenia gravis?
Esta afección puede ser reconocida como minusvalía, sin embargo el grado de ésta dependerá de la afectación y la presencia de otras enfermedades o alteraciones que incidan en tu capacidad funcional.
Desde la Asociación Miastenia de España (AMES) informan que se trata de una enfermedad neuromuscular crónica que ocasiona debilidad progresiva en los músculos que permiten al cuerpo que se mueva con normalidad. Por ello, suele ser una patología causante de numerosas pensiones de incapacidad permanente.
Debido a los síntomas de esta enfermedad, los pacientes pierden su autonomía en el desarrollo de tareas específicas de su trabajo. Además, en muchas ocasiones provoca una situación de dependencia con la necesidad de ayuda de familia y cuidadores.
Con todo ello, el Tribunal Médico de la Seguridad Social reconoce la baja médica por incapacidad temporal a aquellos pacientes que presentan crisis más periódicas. Además, también conceden una pensión de incapacidad permanente en función del grado de afectación.
Actualmente no existe un tratamiento que permita curar la enfermedad, pero sí muchos que permiten que los pacientes logren reducir o mejorar sus síntomas. Incluso hay pacientes que consiguen la remisión permanente o a largo plazo. La fisioterapia para personas mayores cobra una importancia capital en los cuidados para remitir los efectos de esta enfermedad.
Esto, junto a una serie de cuidados eficaces en el domicilio, es posible que la calidad de vida de la persona que sufre esta afección sea óptima a pesar de la incertidumbre que rodea a la investigación de esta afección.