Imagina que alguien cercano a ti empieza a pasar cada vez más tiempo en la cama sin una razón médica aparente. No se trata solo de cansancio o de buscar descanso, sino de una necesidad casi constante de permanecer acostado. Este comportamiento, conocido como clinofilia, puede ser más común de lo que pensamos, además de estar vinculado a ciertos problemas emocionales o psicológicos. En las personas mayores, esta condición puede agravarse debido a la existencia de otras patologías que pueden provocar que cueste más levantarse de la cama.
¿Qué es la clinofilia?
La clinofilia es una tendencia excesiva a permanecer durante horas tumbado/a en la cama y sin energía ni fuerzas para realizar ninguna actividad.
La clinofilia no se considera una patología por sí misma, sino un comportamiento o síntoma que puede estar asociado a diversas patologías o condiciones subyacentes. Por ejemplo, es común observar clinofilia en personas que sufren de depresión, trastornos de ansiedad, síndrome de fatiga crónica o incluso en ciertos trastornos neurológicos.
Deriva de los términos griegos kline (recostado) y philia (amor o afinidad), por lo que literalmente significa “amor por permanecer tumbado”.
No se puede considerar que la clinofilia sea un trastorno, sino más bien una actitud nerviosa o manifestación conductual que sí podría estar anunciando la existencia de un problema mayor, asociado generalmente a un malestar emocional o psicológico que conlleva sufrimiento.
Causas de la clinofilia
Existen diversos desencadenantes que pueden provocar esta condición:
- Problemas neurológicos: enfermedades como el párkinson, el alzhéimer, o el daño cerebral pueden desencadenar este comportamiento al alterar la percepción del entorno y la energía vital.
- Dolencias como el síndrome de fatiga crónica o la fibromialgia pueden llevar a una necesidad constante de descanso, incluso sin una causa evidente.
- El aislamiento, la soledad y la falta de estímulos sociales pueden propiciar que las personas, especialmente los mayores, opten por permanecer en cama.
Síntomas de la clinofilia
Los síntomas de la clinofilia suelen aparecer como un mecanismo de defensa o un afrontamiento deficitario ante ciertos problemas que puedan aparecer en la vida cotidiana. Algunos son:
- Deseo de estar solo: las personas tienden a preferir estar solas la mayor parte o todo el día. Además, suelen evitar cualquier tipo de encuentro social.
- Tristeza y apatía: experimentan falta de interés hacia los eventos que los rodean, lo cual dificulta su capacidad de disfrutar el día a día.
- Cambios bruscos de humor: pues es común sufrir alteraciones en el estado de ánimo y con bastante frecuencia.
- Poca fuerza de voluntad: que se resume en no tener ganas de realizar ninguna actividad.
También puede acompañarse de fatiga mental o física, irritabilidad, cambios de humor y dificultades para ver el lado bueno de las cosas. Puede incluso manifestarse en forma de llanto, o todo lo contrario, es decir, falta de sensibilidad, como un estado de anestesia emocional. También afecta al sueño, generando hipersomnia que viene acompañada de insomnio nocturno y falta de sueño reparador.
¿Por qué es más común en las personas mayores?
En este grupo, la clinofilia puede estar relacionada con el envejecimiento, la pérdida de propósito tras la jubilación, dolencias crónicas o la falta de redes de apoyo. La combinación de problemas de salud física y emocional puede hacer que las personas mayores sean particularmente vulnerables a este comportamiento. Por eso, prestar atención y ofrecer apoyo adecuado es fundamental para su bienestar.
La terapia psicológica es una gran aliada para combatir este problema, y se centra en tres frentes: la activación conductual, el cambio de las creencias y el trabajo sobre las estrategias de afrontamiento.
El hecho de querer permanecer acostados en nuestra cama o tener pereza por levantarnos no implica automáticamente que tengamos un trastorno como la clinomanía.
Es relativamente normal, sobre todo en sociedades como la nuestra con un ritmo de vida tan frenético, que muchas veces estemos cansados y queramos acostarnos durante horas.
El problema se desencadena cuando el deseo de permanecer acostado en la cama se convierte en una obsesión que termina afectando a nuestra vida laboral, social o familiar.
Consejos para cuidadores de personas mayores en el domicilio para afrontar la clinofilia
Cuidar a personas mayores en el domicilio que sufran este problema puede ser, en muchos casos, un trabajo frustrante e impotente al ver que la otra persona no tiene ánimo ni siquiera de levantarse de su cama. Estos son algunas de las recomendaciones que se pueden incorporar en el día a día:
- Establecer horarios claros para las comidas, actividades y descansos puede ayudar a la persona a mantenerse activa y a disminuir la tentación de permanecer en la cama más tiempo del necesario.
- Identificar hobbies o tareas que le resulten interesantes y adaptadas a sus capacidades. Las actividades manuales, juegos de memoria o incluso pequeñas tareas domésticas pueden ser estimulantes y dar un propósito diario.
- Si es posible, otro consejo es organizar visitas de amigos, familiares o participar en grupos comunitarios. La compañía puede ser un factor determinante para reducir la sensación de soledad y el aislamiento.
- Como cuidadores conviene asegurarse de que las zonas de la casa sean seguras y accesibles para la persona mayor. Un espacio agradable fuera del dormitorio puede incentivar a pasar más tiempo fuera de la cama.
- Caminar, realizar estiramientos suaves o ejercicios en silla ayudan a mejorar el estado de ánimo, aumentar la energía y favorecer un mejor descanso por las noches.
Como cuidadores, será labor nuestra proponer un cambio de actitud ante la situación. Tu papel como cuidador no es resolver el problema en soledad, sino ser un facilitador para la mejora del bienestar de la persona mayor, cuidando el lado emocional. Una opción es hablar con la persona mayor de forma cercana y comprensiva, indagando sobre sus preocupaciones, recuerdos positivos o deseos.
Siempre será más beneficioso trabajar con un equipo de psicólogos, psiquiatras o trabajadores sociales que permita abordar las causas emocionales que provocan la clinofilia.